Yo, la Pura.

Esta es la historia de una de mis primas. Su nombre es posiblemente el menos apropiado para definirla: Pura. Sólo habría cobrado sentido si "Pura" fuera acompañado del término “guarra”. Sí, mi prima era una pura guarra. Con todas y cada una de las letras.

Ya desde pequeña se inició en el mundo del pay-per-sex. Durante las horas del patio montaba un pequeño stand en una de las esquinas del patio ofreciendo felaciones a 3 Euros. El negocio quebró, pero no por falta de aptitudes o de clientes sino porque, al llevar ortodoncias, lo que quebraba Pura eran los miembros de sus compañeritos, que quedaban en carne viva. La expresión “pelarla” nunca había sido tan apropiada y literal.

Mi tía, conocedora de mi gran dominio sobre el tema de la prostitución (por puro afán periodístico), me convenció para que la disuadiera de ese plan de vida. Me senté ante ella y le dije: “Ser puta de lujo lleva a un mundo de vicio, de drogas, de coches caros, de fiestas lujuriosas, de orgías con famosos, de dinero fácil... ¿es eso lo que quieres?”. Después de mi argumentación se le despejaron las pocas dudas que le quedaban. Lo suyo era vivir de puta, de puta...madre.

Desde aquel dia mi tía no me habla. Y mi prima tampoco, más que nada porque siempre que la veo está con la boca llena.


El rumor de que había una puta en el barrio fue corriendo de boca en boca, hecho que llevó a mi prima a abrirse a nuevos mercados y conocer nuevas po... fronteras. Concretamente emigró con destino a Cuba, lugar en el que su prometedora carrera se truncó trágicamente.


Pura no estaba acostumbrada a determinados calibres, y un par de amagos de asfixia la llevaron a apuntarse a una escuela de Fakires para mejorar su capacidad de ingestión. A pesar de las advertencias médicas sobre la peligrosidad de la ingestión de ambos tipos de sables, la tozuda Pura siguió adelante con sus pràcticas fakiro-sexuales.


Finalmente, un dislocamiento de mandíbula (y una lesión crónica en los meniscos de ambas rodillas) llevaron a Pura a retirarse del negocio, y a reorientar su vida laboral hacia el mundo del espectáculo aprovechando todos los conocimientos adquiridos en la escuela de Fakires.

Muy pronto en su ciudad, Pura y su espectáculo: ¡FUCK-IRES!