Objetivo: abatir Avatar.

El próximo día 18 de diciembre es el día Avatar. ¿Que no lo sabíais? Entonces debe de ser que…

a) Habéis estado en coma durante los últimos tres meses: si es así, desde aquí os animo a que os esforcéis en la rehabilitación para que os podáis recuperar de los daños cerebrales.

b) Habéis estado en la casa de Gran hermano durante los últimos tres meses: si es así, no hace falta que os esforcéis, pero que os voy a decir que no sepáis ya. Además, vuestros daños cerebrales son ya irreversibles... y ya lo eran antes de participar en la vida en directo.

Pues bien, he de confesar que esta pre-crítica está un poco falseada porque ya he visto gran parte del metraje de la película... y no porque sea un más pirata que el barco somalí que secuestró el Alakrana, sino porque el director ha creído oportuno hacer públicas varias escenas a través de Internet… Bueno, varias no: muchas. Aproximadamente unos 30 minutos del montaje final.

Si ya cuando vamos al cine nos encontramos con que todo lo bueno ya se había visto en el tráiler, imaginamos que el factor sorpresa de esta superproducción que revolucionará el séptimo arte (así es como nos la quieren vender) será prácticamente nulo. O no. Y es que los más gilip… expertos, argumentan que como la película está pensada única y exclusivamente para se vista en 3D, la experiencia será igual de trepidante se sepa o no por donde van los tiros. Ya, claro.

¿Pero quién es el cerebro que está detrás de esta campaña y del proyecto en general? Pues James Cameron. ¿Que os suena pero no sabéis qué famosa película ha dirigido este señor? Tranquilos, él se encarga de proclamarlo a los cuatro vientos en uno de los carteles promocionales de la cinta:

En francés entra mejor...

Titanic. Este tipo es el culpable de que muchos pacientes novios tuvieran que acompañar a sus novias para tragarse algo más interminable que el nabo de Mandingo. ¿Y ya está? ¿"Eso" es lo único que ha dirigido? No. También ha hecho boñigas como Piraña 2: Los vampiros del mar. Pero eso no lo dice. Y tampoco le culpo. De hecho yo en mi currículum sólo incluyo los dos únicos empleos dignos que he ejercido: culero, importando droga desde Marruecos; y cajero del Mercadona. ¿Quién dice que el trabajo no dignifica?

Pero centrémonos en Titanic la que, gracias a millones de espectores idiotas (entre los que me incluyo), se convirtió en la película más taquillera de la historia. Una película que todos sabíamos cómo acababa. Absurdo. Sería como si os dijera que en la Huérfana, la niña no es una niña, sino una adulta con cuerpo de niña (lo que se conoce como el síndrome Galindo); o que Mapa de los Sonidos de Tokio acaba con una escena en la que Isabel Coixet se hace el harakiri. Siento desilusionaros, pero sólo uno de los finales que he descrito es cierto... Y como sabréis, la Coixet sigue viva.

Pero volvamos a Avatar y a su original propuesta. El protagonista es un soldado del ejército americano (hasta aquí es poco original)... parapléjico (aquí es donde la historia se hace original). Lo siento pero hay algo que no se aguanta, y no me refiero al parapléjico, que también, sino al guión: si teniendo los pies planos ya no podías hacer la mili… ¿cómo puede haber un marine incapacitado? Incapacitado físico, que de mentales está el ejército lleno... Suponemos que desgravaba.

Uno de los dos es un discapacitado...

Pero todo está muy bien pensado: ¡un parapléjico protagonista de una peli de acción! Encaja. Porque vivimos en la sociedad de la igualdad, de la paridad, en la que todos nos merecemos una oportunidad y tal y eso. No olvidemos que en nuestros días existen downies que ganan premios de interpretación, retrasados con emisoras de radio propias y Manel Fuentes.

El caso es que el ejército americano descubre un país con unos recursos que serían muy útiles para su PROPIA economía, así que deciden invadirlo usando la fuerza bruta. “¿Oye Spencer, pero esto no es algo parecido a lo que hicimos en Afganistán? ¿Qué vamos a hacer, una historia basada en los hechos que acontecieron en la Operación Libertad Duradera?” “No James, será algo parecido: pero no pondremos moros, sino unos extraterrestres antropomorfos… ¡o antropomoros, como prefieras!” “Ja, ja, ja, ja”.

Izquierda: fotograma de la película vista sin gafas 3D. Derecha: Lo mismo, pero con gafas 3D.

Pero para que la invasión fuera un éxito necesitaban a alguien que se infiltrara entre los indígenas de la zona. Era una idea descabellada y peligrosa, así que todos los soldados rechazan participar en la operación… salvo el parapléjico. Éste quiso salir corriendo, pero los cabrones de sus compañeros le habían quitado la silla de ruedas, así que no tuvo más remedio que entregarse a la causa. Entonces se inicia el juego: usando tecnología de la NASA

(la misma que les sirvió para hacernos creer que habían llegado a la Luna) logran que el soldado parapléjico pueda controlar uno de esos extraterrestres con la mente. Es algo así como jugar a la Play. Es más, toda la película es como un gran juego de la Play porque, ya que había presupuesto, decidieron recrearlo TODO por ordenador: los árboles, el agua, las montañas, el típico montañista que está cagando bajo un pino… TODO.

¿Que los decorados desentonan más que Chuck Norris en el desfile del día del Orgullo Gay? "Es igual. Pero así podré presumir de haber parido la película más cara de la historia... ¡Y en tiempos de crisis!" "Pero señor Cameron, ¿no teme no recaudar lo suficiente como para poder amortizar el gasto? ¿No pudo avatar Abaratar? Digo... ¿No pudo abaratar Avatar?" "Tranquilo, no hay ningún riesgo. Como esto es una película pensada para vivirla en 3D, la gente no se la bajará de Internet: irán en procesión hasta el cine para poder experimentar esta obra única e irrepetible".

“Dios mío, nos está quedando una película súper-original: soldados, extraterrestres, invasiones… ¿qué más podemos meter que sea super-original?” “¡Eh! ¿Por qué no incluimos algo de folleteo? Y que sea interracial, como lo de aquella película en la que Mandingo empaló a diez rusas y…"

Basta de Mandingo y de sexo sucio. Esto es una historia de amor: el parapléjico, disfrazado de alien, se enchocha de una alienígena con rabo (porque así de completas son las féminas en este pueblo) y aprovechando que con su avatar sí que podía usar las piernas (y lo que no eran las piernas) se lanza a por ella. Como la mayoría de hombres pensamos con el pene, (o con la polla, según el vocabulario de cada uno) el tío (un ciberpagafantas) manda la operación a tomar por saco para contentar a la alienígena indígena, y decide abortar la misión de espionaje para salvar la especie de su amada.

Tronca, no subas esta foto al facebook que me buscas la ruina...

Pero como los soldados americanos tienen muy mal perder, deciden soltar toda su artillería contra los pobres marcianos, que iban tristemente armados con arcos y flechas...

¿Y cómo acaba? Hay dos posibilidades:

1. Cómo tendría que acabar:

- El ejército americano arrasa el nuevo mundo y se hace con el control de todos sus recursos naturales demostrando que los USA son los auténticos Másters del universo.

2. Cómo va a acabar:

- El ejército americano sucumbe ante los indígenas extraterrestres, que logran acabar con la fuerza armada americana a base de trabajo en equipo, solidaridad y todos esos valores teletubbiescos que están tan de moda.

¿Que no me mojo? ¿Que avance el desenlace? Es que es dificil de predecir: si la película estuviera basada en hechos reales, el final tendría que ser el A, pero como es una demagógica película de Ciencia-Ficción, se decantarán casi con toda seguridad por la opción B.

Pero, aún así, no os quedéis con esa engañosa moraleja... la realidad es que los americanos NUNCA pierden. NUNCA.

Os estamos vigilando... pero con gafas de 3D.