7/1/09

El último polvo...rón (capítulo 1 de 3).

Sí. Lo hice. Yo fui el incauto que se comió el último polvorón de la Navidad. Aquel que ya está resobado, que lleva todas las fiestas de plato en plato sin que nadie reúna el valor suficiente como para hincarle el diente.

Pues yo lo hice. Mientras miraba la entrepierna de mi novia pensé: "Peores cosas me he metido en la boca". Así que me lo comí (el polvorón, no lo otro) a pesar de que era malo a todos los sentidos (el polvorón, no lo otro):
-Era malo a la vista: deconstruído cual tortilla de Ferrán Adrià. Más machacado que el miembro viril de un adolescente de entre 15 y 35 años.

- Estaba malo al tacto: había cogido una forma tan irregular que mi amigo el ciego creyó leer en el polvorón un pasaje de la Biblia. "¡Pero si yo no tengo Biblia!", le dije. "Un momento...pero si yo no tengo ningún amigo ciego! ¡Váyase de mi casa!".

- A la vez que pateaba el trasero del ciego con la fuerza que me proporcionaba el espíritu navideño, descubrí que también era malo al al olfato (el polvorón, no el ciego). Por un momento pensé que ese polvorón ya había sido ingerido previamente y que lo que estaba allí presente no era más que el resultado final con el que me había obsequiado un desconocido sistema excretor. Una mierda vamos. Bien presentada, pero una mierda.

- Cuando me metí el polvorón en la boca y lo empecé a triturar con mis dientes, me di cuenta de que era malo al oido: sonaba como las caderas de la Duquesa de Alba en pleno vaivén amatorio con Alfonso Díez.

- Y era malo al gusto: no sólo olía a mierda como se ha dicho antes. Además sabía a mierda. Y preguntaréis: “¿Es que alguna vez has probado la mierda para poder asegurar que sabía como una?”. Y yo os responderé con otra pregunta: “¿Es que alguna vez os habéis dejado dar por culo para poder asegurar con rotundidad que no os gusta?”.

El caso es que el polvorón recorrió todo mi sistema digestivo, a la vez que dejaba a su paso un rastro de destrucción incontrolada e incontrolable. Suerte que siempre llevo Eros a Mano:




Perdón. Suerte que siempre llevo un Eno a mano. Pensé: “No hay nada que un bote de Sal de frutas Eros no pueda arreglar”. Me equivocaba...

Sal de Frutas Eno patrocina esta entrada (de ahí la inclusión de esta mierda de chiste).

4 comentaris:

Modgi ha dit...

Los polvorones son este tipo de manjaaarl que tienen mejor aspecto cuando salen que cuando entran. Como el puré o las alitas de pollo del KFC.

sr. Manel ha dit...

McDonalds, Kentuckys, Burgers kings... ya se sabe: donde este una comida bien elaborada que se quite una comida rapida (chiste fino y con clase).

Y los productos tipicos navideños se les ha de buscar rapida. Yo con las tabletas de turron del duro me estoy construyendo una segunda vivienda. A los polvorones solo les encuentro una salida...

Josep ha dit...

Recorde que, quan jo era jove, a la ciutat d'Elx es deia allò de "porro més porró, igual a col·locó". Veritat com un temple que moltes generacions han volgut demostrar empíricament.

Supose que ací podríem dir "polvo més kabron, igual a polvorón".

sr. Manel ha dit...

Sr. josep; algu hauria de sortir voluntari per provar el combo definitiu: porro + polvorón + porro + torró del dur + Raphael en l'especial de la Nit de Nadal.

Jo nomes faig la proposta.