1/10/09

Maxirrelato: Me llamo Manuel.



Me llamo Manuel. Y según este cuadro soy “honrado conmigo mismo, laborioso y muy dado a la diversión”. ¿Qué quiere decir eso? ¿Que soy un tío de puta madre? Pues no. Digo, sí. Pero me refería a qué, siempre según este cuadro, cuando te ponen el nombre, te adjudican también una personalidad. Entonces, siguiendo esta teoría, cuando mi madre me diga: “Yo no sé por qué eres tan dejado, y tan guarro y tan desordenado y tan”...“Tranquilita. Que si soy así es porque tú has querido. Si me hubieras puesto otro nombre”...


Así, podemos suponer que elegir un nombre correcto para tu hijo es algo decisivo para su futuro. ¿Qué pasaría si nuestro presidente, en vez de José Luis, se hubiera llamado Mariano? Seguro que no habría llegado a ser presidente... ¡Todos sabemos que los Marianos no saben liderar! ¿Y qué habría pasado si George Bush Sr. No hubiera bautizado a su hijo como George? Pues que no habríamos tenido otro tonto en la casa blanca. Supongo que su padre no quería que su hijo fuera más inteligente que él. Por suerte no todos los padres son como Bush Sr. La mayoría aspiran a qué sus hijos sean mejores que ellos pero, aún así, siempre quieren zanjar los temas autoconvenciéndose de que son más listos que ellos. “Me has de hacer caso porque soy tu padre y sé más que tú”. George Bush Sr. se lo puede decir a su hijo pero ¿Y el padre de Einstein? ¿Cómo le discutes algo al creador de la teoría de la relatividad? “Hijo, has suspendido lengua, gimnasia y filosofía. ¿Qué tienes que decir?”. Y Einstein: “Pues que todo es relativo: podrías valorarme que he suspendido menos de las que he aprobado”.


Qué rabia dan los niños prodigio. Mozart con 5 años ya tocaba el piano. Yo con 5 años sólo sabia tocar... sabía tocarme los huevos. Con 5 y con 25. Y en el colegio siempre había un niño más inteligente que todos los demás. Y las madres siempre lo utilizaban para comparar: “¿Has visto a Miguel? Todo excelentes. ¿Y tú? Todo suspendido. ¿Cómo puede ser?”. “Mamá, no es culpa mía sino tuya: Lo que podrías haber hecho es haberte casado con el padre de Miguel en vez de con tu hermano”.


Todo es culpa de mis padres. Además no se pensaron mi nombre. Yo me llamo Manuel. Mi padre se llama Manuel. Mi abuelo paterno se llama Manuel. Mi abuela se llama Manuela. Esta le puso a uno de mis tíos Juan Manuel. Y este llamó a su hijo también Juan Manuel. Y mi madre se llama Manolo. Sí, Manolo. Ella/él lo quiere disimular pero se le “nota”. Por mucho que use cinta aislante para ocultar el bulto. No entiende la ley física que dice que la materia no se destruye, sino que se transforma. Y por mucha cinta que se ponga, por mucho que le duela (que debe de doler) seguirá teniendo un pene. Comprimido, pero pene al fin y al rabo. Digo, al cabo.


Dejando mi madre al margen, ¿Somos todos los Manuel de mi familia como dice el cuadro? ¿Todos somos honrados con nosotros mismos? Bueno, todos somos bastante decentes. Menos mi tío, que es regidor en el ayuntamiento de Marbella. ¿Laboriosos? Bien, todos tenemos un trabajo y cumplimos con nuestra obligación. Menos mi tío, que es regidor en el ayuntamiento de Marbella. ¿Y muy dados a la diversión? Ahí sí que nos gana mi tío. ¿He dicho ya que es regidor en el ayuntamiento de Marbella?


Vaya imagen tenemos de la capital de la Costa del Sol: corrupción, especulación, tráfico de influencias, alcaldes con pantalones sobaqueros. Eso sí que es un delito. Y es que ya no quedan políticos como los de antes. ¡A Fraga enviaba yo a Marbella! Bueno, no sé si Fraga es político de antes, de ahora o del mañana!


Fraga está hecho polvo. “Echo” polvo: “¡Pero sin condón!”. Pero, ¿cómo se llama? ¡Manuel! ¡Como yo! Así que algo tendremos en común... ¡Ninguno de los dos usa gomina!... Gomina, para el pelo. A los dos nos gusta llevarlo libre... El pelo.


No quiero criticar a mi tocayo, pero creo que yo no soy como él. Supongo que uno de los dos no es digno de llamarse Manuel. Mi madre siempre lo decía de Fraga: “Este hombre no tiene cara de llamarse Manuel”. ¿Por qué hay gente que asocia nombres con caras?. Una noche me presenté ante una chica y ella quiso jugar a esto de adivinar el nombre por la cara: “Tú tienes cara de llamarte Antonio”. Y yo: “Pues no me llamo Antonio”. Y ella aún quieren tener razón: “¿Seguro?, Pues tienes cara de Antonio”. Y yo: “Me llamo Manuel”. Y ella: “Pues no tienes cara de Manuel”. Y yo: “¿Pues de que tengo cara?”. Y ella: “De gilipollas, tienes cara”. Ahora ya sé en qué más me parezco a Fraga...




6 comentaris:

Josep ha dit...

Avui vostè no ha escrit un post, avui vostè ens ha regalat un meravellós monòleg.

M'agrada el text, és senzill, proper i divertit.

La meua més sinzera enhorabona.

Ah, i un petit consell. Quan faci una d'aquestes joies, abans de penjar-la a internet, faci'n el registre a la Propietat Intel·lectual. Ho dic perquè hi ha uns quants Manels Fuentes sense escrúpols, ni educació.


(ja veu vostè, hi ha un Manel que és malvat)

sr. Manel ha dit...

Sr. Josep, els penjo perquè és part del que vaig enviar a la Paramount sense èxit... Em van dir que ho enregistrés, però recomanant-me que obviés els acudits grollers. Així el text quedava reduït de set a dues pàgines. Necessito un canvi d'estil es veu. O buscar algo pel meu compte... O col·laboracions... Estic obert com la Lucia Lapiedra.

Josep ha dit...

Hi ha llocs on pot vostè actuar per una copa (o dues).

No es farà pas ric, però s'ho passarà molt bé.

Markutis ha dit...

Josep, no li vulgui tant de mal al senyor Manel! Lo que ha d'aguantar un monologuista de bar només ho saben les putes nigerianes de La Boquería i el que neteja el lavabo d'en Pere Llufa.

sr. Manel ha dit...

Sr. Josep: M'afegeixo al que diu el sr. Markutis... Actuar en un bar és un risc: gent borratxa, gent que sua (del que fas i literalment parlant, també) però si algú vol interpretar monòlegs que escrigui jo, endavant. Ens entenem i puntu.

Modgi ha dit...

No deixi que els de la paramount el jutgin. un cul-lega meu treballava de guionista i quan va tenir un monòleg acabat em va dir "está bien, pero tienes que meterle chistes de chiquito". va deixar el curro.