Huevos podridos e impotencia.

Cuando leo un titular sobre la impotencia me detengo. Cuando veo que el periodista introduce la expresión "huevos podridos" me concentro, esperando encontrar el chistecito fácil para rellenar.

Creí que en esta ocasión, huevos podridos era una expresión que servía como sinónimo de impotencia. Eso es, era una simpática metáfora para relacionar la disfunción sexual con una imagen mucho más explicativa, y entendible, para el típico lector ocasional de diario gratuito.

Pues no. Me equivocaba. No era vulgaridad, era ciencia. Cuando analizas atentamente el contenido de la noticia, es decir, cuando miras más allá del titular y de la cachonda foto, y te molestas en leer la letra pequeña, te encuentras con una noticia kinder ya que, además de huevos, hay sorpresa (···):

Científicos italianos aseguran que pequeñas cantidades de sulfuro de hidrógeno son detectadas por las células nerviosas del órgano sexual y permiten evitar la impotencia.
Este gas, con el característico y desagradable olor a azufre, es expedido en grandes cantidades por los huevos en estado de putrefacción.
Los investigadores creen que ahora podrá utilizarse como un rival digno de la pastilla de sildenafil, conocida comercialmente como Viagra. "Descubrimos que el sulfuro de hidrógeno está relacionado con la erección del pene", aseguró el profesor Giuseppe Cirino, de la Universidad de Nápoles Federico II, según publica el periódico The Telegraph.

Así pues, ¿cuál es la solución para mantener nuestros penes firmes como soldados rasos ante su general? Comer huevos. ¿Y qué es un huevo? Un aborto de pollo... ¿Qué pensaría la comunidad avícola de esta noticia? ¿Cómo reaccionaríamos los humanos si se descubriera que el antídoto contra la disfunción pollil (de los pollos) fuera el comer abortos humanos?

Si te has planteado alguna vez una de estas cuestiones...

1. Espera a mañana para salir de dudas.

2. Háztelo mirar, ¡pero no dejes de leer este blog! Los pollos impotentes nunca lo harían.