15/6/09

¡Toma paquete!... anti-paro.


¿Qué es ser libre?Ser libre es ser niño, porque puedes hacer lo que te sale de la polla donde y cuando quieras. Y con esta afirmación me refiero únicamente al acto de mear. Ayer, como cualquier otro plebeyo de clase media-baja, pasé la mañana en el solárium de los pobres (conocido vulgarmente como "playa") y presencié un acto desagradable a la par que moralizante.
Vi cómo una cría de homo sapiens (vulgarmente conocidos como "niños", o niños de los cojones según el caso) se meó a escasos metros de mi persona. Es curioso que un ejemplar humano conocido con el sobrenombre "sapiens" por su supuesta sabiduría, se dedique a marcar el territorio como si se tratara de un neandertal cualquiera. Eso me llevó a pensar... ¿Podemos considerar a la sociedad actual digna de ser recordada para el resto de la historia con la coletilla "sapiens"?
Reflexiones intelectuales a parte, prosigamos con la historia del niño que mea en la arena. Parafraseando al gran Peret, una gota cayó en la arena; una arena cayó en su gota: Un verso tan surrealista como la contestación que dio el chaval a su progenitor. Al ser preguntado por el porqué de su chorreo, la respuesta fue de jaque mate: "Papá, es que me estaba meando".
¿Me estoy meando? Pues me meo. Esa es la actitud. A medida que vamos dejando la infancia perdemos esa licencia para orinar, que volvemos a recuperar en la edad senil.

¿Pero por qué abandonamos la sana costumbre de miccionar here and now? Freud decía que el hombre, para alcanzar su equilibrio psicológico, había de pasar por tres fases de placer: la oral, la anal y la fálica. Una vez superadas estas etapas se entraba en un periodo de latencia, de estabilidad, que permitía a la persona desarrollarse equilibradamente.

Yo añadiría a esas, la fase de mear everytime, everywhere. Nadie logra superar esa fase. Socialmente está mal visto el libre albedrío en materia de orín, así que encontramos un perfecto sustitutivo en el hacer un pissing en el reino del Dios Poseidón: Bajo del mar.
Se podría decir que el Dios griego ha recibido más lluvias doradas que la mejor de las pornostars de la actualidad. Pero cazar a alguien que intenta ejecutar una meada ultramarina es relativamente fácil: Se alza disimuladamente de la toalla, emprende una trayectoria a ritmo vivo en dirección a la orilla y hace una genuflexión a la vez que la expresión de su rostro se torna relajada...
Dejando de lado la eterna polémica que separa a los que dicen que se ha de retirar el bañador antes de evacuar, y los que dicen que se ha de dejar puesto porque lo absorbe todo sin dejar rastro; es más importante aclarar la falsa idea con la que pretenden disimular el (des)hecho: Intentarán explicar no sé que teoría de las corrientes marinas, que hay zonas más calientes y otras menos... No te dejes engañar. Si la zona en la que el presunto meón está caliente, es porque el compañero ya ha dejado de ser presunto.

Siguiendo con Freud, queda muy claro que la mayoría de nosotros no ha superado la última fase del placer: la de micción wi-fi, sin ataduras. ¿Qué supone eso? Que la mayoría de los miembros de nuestra sociedad están desequilibrados psicológicamente. Eso, supone, a su vez, que existe gente perturbada. A su vez, está gente perturbada degenera en seres malignos. Estos seres malignos, a su vez, tienen tendencia a la beligerancia. Esta tendencia beligerante lleva, a su vez, a armar conflictos bélicos. Estos conflictos bélicos, suponen un alto coste económico. Estos gastos económicos se sufragan con el dinero del pueblo, cosa que a su vez deriva en crisis financieras. Estas crisis financieras provocan la quiebra de multitud de empresas que, a su vez, no pueden mantener a sus empleados; provocando, a su vez, un aumento de la tasa del paro...

Conclusión: Hasta que no logremos reprimirnos de mear en la playa, seguirá habiendo paro.

5 comentaris:

Dr. Muerte ha dit...

Joder, quanta raó! Per sort no vaig a la platja ni que em matin, així que estic lliure de culpa... perquè pixar-se als auriculars de les cabines telefòniques no compta oi?

Josep ha dit...

No ha esmentat vostè la notícia àmpliament comentada per Antena3, Tele5, Cuatro, etc... Els massatges a la platja de Barcelona, ara amb final feliç!

I per CINC euros, segons la tele.

És la millor promoció turística de Barcelona que han fet en anys!

sr. Manel ha dit...

Sr. Dr. Muerte, actualment les cabines telefòniques tenen més utilitat com a urinaris públics que com a llocs per a trucar. Els mòbils han matat aquests encantadors emplaçaments. Fills de puta!!

SR. Josep: Final feliç a 5 euros? Ara mateix vaig a la meva perruqueria de confiança (la Cho-chín) per què rebaixin els preus. Ells fan com els de Carrefour: diuen que si trobes un producte més barat, rebaixen la tarifa en 24 hores!

Pare Bukkàkez ha dit...

No sé què em faria més fàstic, si el pixat en si o el fanguet creat per l'orina i l'arena.

La platja: probablement, el lloc públic més antihigiènic d'una ciutat, i al que tothom hi va encantat.

sr. Manel ha dit...

SR. Pare: A tot el que diu vostè, amén. No vaig arribar a veure el fanguet, ja que el pare va enterrar ràpidament el fluïd. També m'he deixat en el post els grumolls d'escuma que s'hi formen. No tinc teoria que no sigui totalment guarra.